Putin no cumple su compromiso de cesar y mantiene los cargos contra Prigozhin

Menos de 36 horas después de que el jefe de los mercenarios del Grupo Wagner, Evgueni Prigozhin, anunciara el sábado por la tarde que ponía fin a su levantamiento armado y echaba marcha atrás en el avance de sus unidades hacia Moscú, a donde casi habían llegado, fruto de la mediación del presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko, se pone de manifiesto que lo supuestamente pactado no se está cumpliendo.

Los mercenarios en sus canales de Telegram aseguraron que Lukashenko, que intervenía en representación del presidente ruso, Vladímir Putin, y Prigozhin acordaron que el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, cuyo cese era el objetivo declarado de los Wagner, sería efectivamente destituido. Después, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que, según lo convenido, a Prigozhin se le retiraban las acusaciones de «traición» y «sedición», entre otras, y partía hacia Bielorrusia despojado ya del mando sobre sus combatientes, quienes regresaban «a sus campamentos».


Sin embargo, el Ministerio de Defensa ruso, difundía esta mañana un vídeo mostrando a Shoigú en acción, pasando revista a las tropas en el este de Ucrania, en una reunión con el mando militar de la zona y a bordo de un helicóptero o un avión, no se ve con claridad, inspeccionando supuestamente el área del frente. Paralelamente, el diario ruso Kommersant, la agencia RIA-Nóvosti y otros medios de comunicación rusos sostienen que los cargos contra Prigozhin no han sido retirados. De resultas de todo ello, parece que la llamada «marcha por la justicia» lanzada por los Wagner el viernes no ha servido para otra cosa que fracturar todavía más el poder de Putin, hundir a los propios mercenarios y situar a Prigozhin entre la espada y la pared.

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