
Después de su débil actuación en el debate de la semana pasada, la campaña del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha apostado por una doble estrategia para salir de la crisis: aparentar normalidad y poner el foco en la amenaza que el exmandatario Donald Trump supone para la democracia estadounidense.
Fuentes cercanas al Partido Demócrata explicaron a EFE que, en privado, se está llevando a cabo una intensa labor de relaciones públicas con múltiples llamadas y reuniones para tranquilizar a grandes donantes, miembros del Congreso y otros funcionarios electos.
