
Se trata de un paso histórico debido a que en los últimos 39 años, el país ha tratado de sustituir La Victoria por otros recintos sin éxito alguno, hasta que finalmente inicia de manera concreta un avance hacia la eliminación de lo que surgió como un centro de violaciones a los derechos humanos.
Primero, durante el régimen de Trujillo, donde se cometían barbaries contra los considerados enemigos del Gobierno, como los jóvenes del 14 de Junio. Los 12 años de los gobiernos de Joaquín Balaguer entre 1966 y 1978 no fueron la excepción.
El penal parece una historia de horror sin fin. De hecho, desde los inicios de Nuria Investigación Periodística, hoy N Investiga, se abordó el colapso del sistema penitenciario dominicano, mediante ocho reportajes sobre la cárcel de La Victoria, el primero delos cuales, se produjo en 1988, mostrando por primera vez en televisión la podredumbre y la miseria de ese recinto.
En el transcurso del tiempo y estas ocho investigaciones, han pasado tres generaciones de presos y décadas de advertencias.
El camino hacia la Nueva Victoria inició, desde el 2019 y para esa época se presentó un reportaje en el que el entonces procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, reconoció que se trataba de una vieja deuda social.
Rodríguez explicaba que se obtuvieron los fondos gracias al caso Odebrecht y planificó acabar con todo el hacinamiento que componía cerca de 12, 000 internos.
La finalización de la obra estaba prevista para el primer trimestre del año 2020 por un costo estimado de 4, 500 millones de pesos que terminó en 6,900 millones de pesos, pero así como subió el costo, bajó la calidad del proyecto, se redujeron espacios y no se construyó todo lo prometido. Una semana antes de finalizar el gobierno de Danilo Medina, se llevó a cabo una apresurada inauguración. Incluso anunciaron que en esos mismos días iniciarían los traslados, pero no fue así, inauguraron sin energía eléctrica, sin agua, sin planta de tratamiento y un tribunal sin equipar, al igual que la iglesia y los talleres.
La Victoria, donde se enviaban opositores al gobierno, entre ellos, el ahora director de Servicios Penitenciarios y Correccionales, Roberto Santana, quien por sus ideas políticas, estuvo detenido un año y medio en la celda número uno del denominado Pasillo de la Muerte y que en los últimos años le ha tocado dirigir estos trabajos que marcan el fin de una era y el inicio de otra.
Evidentemente emocionado, Santana reconoció que el proceso ha sido complicado y que siempre ha dependido de la voluntad política que sube, que baja.
“Y bueno, finalmente hay una preocupación que ustedes ven que aquí están todas las agencias, aquí está el ejército, aquí está la policía, aquí está la DNCD, aquí está el DNI, aquí está todo el mundo. Y hemos tenido un fuerte apoyo de la Procuraduría para este proceso de procesión”, indicó
Finalmente, tres días después de que los primeros privados de libertad fueran trasladados, formalmente se puso en funcionamiento la primera fase del Centro de Corrección y Rehabilitación Las Parras, otra vez ya que la primera se inauguró hace cinco años, sin energía eléctrica, ni agua, ni plantas de emergencia, ni personal, con una sola puerta de acceso para los 8,500 privados, más de 2 mil empleados y de 15 mil a 20 mil visitantes, lavadoras de uso común y no industriales, al igual que las camas y los abanicos y sin la colocación de paneles solares.
Sin el idílico lago para la pesca, sin talleres, sin mobiliarios y sin poder operar el dispensario, la justicia, las iglesias por falta de mobiliarios.
El complejo tiene 4 cuadrantes divididos en tres edificios para los privados de libertad y un 5to para el área administrativa y dormitorios de los empleados, luego de 5 años de espera, luego de la fallida primera inauguración solo se inauguran dos cuadrantes: lo administrativo y el cuadrante uno de los internos.
El A1 dispone de dispensario médico, área de visitas infantiles, iglesias, talleres, bloques de alojamiento, celdas conyugales, de reflexión, máxima seguridad.
A continuación reportaje de N Investiga mostrando historial de décadas de horror, insalubridad, condiciones inhumanas y sistema de corrupción que se ha adaptado a los tiempos y los estilos de los que mandan.
