
Un documento recientemente desclasificado por el Gobierno de los Estados Unidos ha abierto una nueva ventana al turbulento pasado político de República Dominicana.
Entre el 6 de abril y el 10 de mayo de 1952, el FBI obtuvo de él un testimonio que se materializó en un informe de 182 páginas, reconstruyendo con detalles el complot y la trama que rodearon el magnicidio.
El informe revela cómo, inmediatamente después del crimen, los conspiradores se reunieron en la residencia del general Juan Tomás Díaz. En una atmósfera cargada de tensión, el doctor Robert Reid Cabral fue llamado para atender a Pedro Livio Cedeño, uno de los implicados, que sufría heridas graves.
Aunque hermano de Donald Reid Cabral, una figura prominente dentro de la conspiración, el doctor Reid Cabral parecía mantenerse al margen de la planificación política.
Pero, la situación dio un giro inesperado. Conforme con el FBI, el general Díaz, buscando asegurar la permanencia en la escena de los hechos, “obligó” al doctor Reid a refugiar en su domicilio a cuatro conspiradores, entre ellos el propio Díaz, Antonio de la Maza, Salvador Estrella y Roberto Pastoriza. La dispersión y el pánico se desataron pocas horas después.