Hace año y medio Philomène Dayiti tuvo que huir de las pandillas y refugiarse en una iglesia de Puerto Príncipe, reconvertida en un campo para desplazados internos. Su angustia es la de cientos de miles de haitianos en un país sometido a la violencia de las bandas armadas. «Me gustaría volver a casa, encontrar un lugar donde descansar. No puedo quedarme aquí por siempre», dice esta mujer a […]
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